QUIENES SOMOS

Las Franciscanas Clarisas vivimos, en fraternidad, el espíritu de pobreza y alegría como virtudes esenciales, haciendo de nuestra oración dentro del claustro una misión para el mundo. Nuestra vida contemplativa es de amor e intimidad con Cristo. La clausura atrae como lugar de santidad y apostolado, mediante la oración y la entrega generosa. Jesucristo nos invita a las Clarisas a ser libres, desde la pobreza franciscana. En nuestra vida diaria, la oración alterna con el trabajo, que es, además de medio de santificación y sustento, ocasión de encuentro con Dios. La vida de oración fructifica en la Iglesia y en las almas. Es de plena disponibilidad para acoger a Dios en la fe y en la adoración eucarística.

El estudio ocupa un lugar importante en nuestras vidas. Necesitamos formación espiritual y humana para ser fieles a la vocación y conocer y amar aún más al Señor. El trabajo es ocasión de encuentro con Dios y medio de santidad; con él obtenemos nuestro sustento. Para ello, damos alojamiento y elaboramos dulces artesanales.

La vida contemplativa es de amor e intimidad con el Verbo, y la clausura aparece con un atractivo sin igual: lugar de perfección, gracia y santidad, disponibilidad absoluta para todo lo del Padre, lugar de acogida de Cristo en la fe y en el silencio de la adoración, unicidad del amor sin interferencias indebidas. Esta vida de oración y sacrificio fructifica en la Iglesia y es de vital importancia para el mundo. Las Clarisas vivimos la fraternidad, la pobreza y la alegría como virtudes esenciales. Entendemos que la vida en comunidad es un don de Dios para favorecer la santificación. Las hermanas son un regalo donde Dios se refleja e integran una nueva familia. La clarisa siente la llamada de Dios a la vida contemplativa, confiando en la fuerza de la oración para vivir de Él, para llenarse de esa dicha que el mundo no puede dar.“No miréis las cosas de fuera, porque las del espíritu son mejores”, escribió Santa Clara. Nuestra comunidad, integrada por hermanas de diferentes países, vive en gozosa armonía y en el amor fraterno franciscano. El carisma franciscano es un estilo contemplativo de sencillez evangélica.

Jesucristo nos invita a tener el corazón enamorado del Señor, viviendo la castidad; y a cumplir su voluntad a través de la obediencia, compromisos que definen nuestra pertenencia total a Dios. La campana llama a los actos de comunidad, invitándonos al rezo del oficio divino. La liturgia cuidada y atenta, forma parte de nuestro carisma.

Francisco es el padre de nuestra Orden. Nació en 1182 en Asís (Italia). Su vida, disipada hasta los 24 años, fue cambiada por Dios cierto día, cuando al entrar en la iglesia ruinosa de San Damián, oyó la voz de Cristo que le decía: “Francisco, repara mi iglesia, que, como ves, amenaza ruina”. Desde entonces, Francisco lo dejó todo. Y en la fiesta de San Matías, confirmó su vocación al oír en el Evangelio que los servidores de Cristo no debían poseer oro ni plata, ni alforja, ni calzado, ni dos túnicas. Entonces exclamó: “esto es lo que yo buscaba y lo que quiero cumplir”. Nadie como él glorificó la creación. Fue amante finísimo de la naturaleza y de todos los seres. Pero, sobre todo, de sus hermanos y hermanas. Entre éstas, Clara fue sin duda una de las más fieles.

Nuestra Santa Madre Clara se sintió irresistiblemente atraída por el ideal de la santidad, entrega absoluta, consagración al Amor y radicalidad en la pobreza evangélica. Deseaba contemplar el rostro de Cristo y ser “colaboradora del mismo Dios y sostén de los miembros vacilantes de su Cuerpo inefable”. Una noche de domingo de Ramos, a los 18 años, abandonó su casa para ir al encuentro de Francisco. En la Porciúncula, rodeada de otros frailes, Francisco cortó el pelo virginal de Clara, como signo de consagración y pertenencia a la Iglesia. Con Jesús Eucaristía en sus manos, salvó a su Convento y a la ciudad de Asís de la invasión de los sarracenos de Federico II. Fue entonces cuando oyó de labios de Jesús aquellas consoladoras palabras: “Yo seré vuestra custodia”.

Una noche de Navidad, encontrándose enferma y no pudiendo asistir con sus hermanas a los oficios de Nochebuena, fue trasladada en espíritu a la Iglesia de San Francisco, donde los frailes celebraban la misa con solemnidad, participó en la celebración, oyendo los cantos y los instrumentos musicales, y recibió la sagrada Comunión. Este hecho tan prodigioso fue el motivo por el que el Papa Pío XII la declaró Patrona de la Televisión. El testamento de Clara fue este: “Sed siempre enamoradas de Dios”. Ella cautivó a Cristo con el hechizo de su juventud, luego se transformó por la contemplación en imagen de la divinidad.

Este es el crucifijo franciscano. Esta hoy en la Basílica de Santa Clara, en Asís (Italia). Es un icono de Cristo glorioso y ya resucitado. El icono fue pintado sobre tela, poco después del 1100, y luego pegado sobre madera. Obra de artista desconocido del valle de la Umbría, se inspira en el estilo románico de la época y la iconografía oriental. Esta cruz, de 2'10 metros de alto por 1'30 de ancho, fue realizada inicialmente para la iglesita de San Damián de Asís. Quien la pintó, no sospechaba la importancia que la cruz iba a tener hoy para nosotros.

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Somos Monjas de Santa Clara. Muchos nos llaman simplemente "Clarisas". Oramos por el mundo y por ti... Y trabajamos para hacer nuestros dulces, mantenernos y sostener nuestros gastos conventuales. De esa forma, podemos también conservar un precioso legado religioso, histórico y cultural: el Convento, donde rezamos y vivimos. Te invitamos a visitarlo y visitarnos. Nos levantamos muy temprano, para adorar al Santísimo. Y rezamos la mayor parte de nuestra jornada. Esa es nuestra principal misión. Tratamos manteniendo la Regla de Santa Clara, de adaptarnos a los nuevos tiempos. Y nos perfeccionamos para ello en nuestra artesanal repostería. Damos también alojamiento y comida. Y tenemos previsto grabar algún CD, con nuestros cantos.

REPOSTERÍA Y VENTA DE DULCES:

En Convento, por teléfono, mail o en esta web

Para pedidos al por Mayor: pedir presupuesto

Superiores a 50 €: sin gastos transporte

Resto: consultar gastos de transporte

HOSPEDERÍA Y ALOJAMIENTO:

Por persona y día:   20 € (con desayuno: 23 €).
Almuerzo o cena:  6 € por comida y persona.

PAGO DE PEDIDOS O RESERVAS WEB:

IBAN: ES14 0237 0303 3091 5797 4844.
Por teléfono: 'Bizzom' (622342297).

PARA CONTACTAR CON NOSOTRAS:

clarisasdemoron.com clarisasmoron@yahoo.es
Morón de la Frontera. C/ Utrera 1.
954850591   622342297

VENTA DULCES:



ENTRAR EN TIENDA

Contamos formación y titulo de "Manipuladoras de Alimentos". Y estamos inscritas con el Registro Sanitario correspondiente. Dicen de nosotras: "Tienen las monjas manos de ángel para hacer sus dulces... de ángeles entendidos en repostería, licenciados por el cielo para trabajos tan terrenales.... Los pasteles de las monjas tienen el toque humano de sus manos limpias y la gracia de un ángel casero, supervisando la masa y las esencias para hornear los dulces, en su punto exacto. Las monjas alcanzan el Cielo con su vocación, y con sus dulces nos lo ofrecen para que los gustemos. Son pastas, magdalenas, rosquillas o bizcochos, hechos con amor de Dios y profesionalidad humana."... 

Puedes comprar nuestros productos por email (clarisasmoron@yahoo.es), por teléfono (954850591 622342297) o a traves de esta Web, haciendo el pedido fácil y rápidamente. Si te pones en contacto con nosotras, te daremos precio con los gastos de envío incluido, según el importe del pedido. Para pedidos superiores o iguales a 50 euros, no cobramos gastos de transportes. Para inferiores a esa cantidad... tenemos que hacerlo, pues trabajamos con precios muy bajos. Pero si tu compra no supera esta cantidad, los gastos son reducidos. También puedes acercarte a nuestro Convento, donde disfrutarás de un surtido más amplio. Estamos en una zona muy céntrica de Morón, en la Calle Utrera nº 1, donde nos encontrarás encantadas de recibirte.

Ofrecemos alojamiento en un patio interior del siglo XVIII, porticado con columnas de piedra caliza. Rodeado por habitaciones confortables. Encontrarás aquí un lugar adecuado para tu descanso, la oración o el estudio. Las habitaciones son amplias, incluyen baño individual. Se ofrecen, bajo disponibilidad, a personas individuales o grupos para diversas celebraciones, como encuentros de oración, celebraciones familiares y reuniones.

Morón de la Frontera es un municipio de la provincia de Sevilla. Se caracteriza por su relieve abrupto y entrecortado. En su mitad norte, hay lomas y cerros, que alternan en la zona Sur, con sierras. De éstas, la más importante es la de Espartero, también llamada de Montegil, situada al Suroeste de Morón y muy próxima. Asimismo, destacar la Sierra de Pozo Amargo, en el límite con la provincia de Cádiz. Morón se encuentra a 64 Km. de Sevilla, en el enclave llamado “Serranía Suroeste", siendo vía de enlace entre la Sierra Sur Sevillana y la campiña, lugar obligado de paso para el acceso a pequeños municipios.

a) Carreteras:- Desde Sevilla, Málaga o Granada: A-92 (salida A49).- Desde Córdoba (N IV y E5), utilizando el eje transversal de Écija -Utrera.

b) Aeropuerto: - San Pablo (Sevilla) a 60 minutos de Morón. 

c) Autobús: - Línea de autobuses Morón- Sevilla-Morón (compañía de autobuses Transtres, S.A.).C/ Manuel Vázquez Sagastizabal, 2 accesorio Estación de Autobuses Prado de San Sebastián 41004, Sevilla, Telf.: 954410111 - Fax 954543043. Correo electrónico: transtres@hotmail.com

“Ora et labora”, rezamos y trabajamos. Pero nuestros trabajos han cambiado de signo y se han adaptado a los nuevos tiempos: de las labores de la huerta y los bordados, a la repostería. "El trabajo común... si se eleva sobre la rutina y se dulcifica con mucho amor, puede convertirse en artesanía".  Escribía San Francisco a Santa Clara: "Por inspiración divina os habéis hecho hijas y siervas del Altísimo y Sumo Rey, el Padre celestial, y os habéis desposado con el Espíritu Santo, eligiendo vivir según la perfección del Santo Evangelio"  Regla de Santa Clara VI,3).

A nuestro Padre Francisco y a nuestra Madre Clara, seguimos e imitamos, como ellos imitaron a Cristo. Y a nuestra Iglesia Católica y Apostólica, servimos, tratando de construir el Reino en nuestros corazones. Y con el poder de la Oración, rezamos por ti y por el mundo.